10/2/2020
El espacio como recorrido

La idea de la estructura construida que pueda recorrerse mientras las estancias se relacionan entre sí de manera uniforme y armoniosa, era una de las aspiraciones a las que tanto apostaba el afamado arquitecto Le Corbusier.


Esta idea nos encanta pues propicia la conceptualización de sitios que pasan de ser elementos estáticos a unos llenos de movimiento, con ambientes fluidos. Los terrenos alargados o inclinados son los que más activan este tipo de propuestas


Diseñar espacios sugestivos con una experiencia controlada es uno de los factores meta en cada uno de los proyectos. Las contraposiciones de alturas, los juegos de diseños de los pisos o enchapados, las diferentes dimensiones que se conjugan con ventanas son puntos focales que destacan en un inmueble que se crea con un objetivo claro.


Pero, ¿cómo logramos ese objetivo de manera efectiva? Con diálogo abierto y claro. No se puede iniciar el diseño de un espacio, sea habitacional o de negocios; sin conocer bien a qué se dedican los clientes en su día a día. Se debe determinar con absoluta claridad qué pretenden destacar cuando se esté dentro de la construcción una vez terminada.


La configuración debe responder absolutamente a la necesidad de quienes lo utilizan y no a las aspiraciones del arquitecto. Entre más tiempo inteligente se dedique a conocerlos mayor será el atino de esas áreas que permiten pasar de uno a otro sin quebrantos de diseño, esa intercomunicación espacial que mencionamos al inicio.


Si logramos materializar esto a su vez se logra la dinamización de la estructura como tal, un paseo arquitectónico que cumple la función primordial de ofrecer entendimiento del ser humano a través del espacio mismo.


Mariana Sáenz